Las mariposas existen desde hace unos 50 millones de años. Dichas criaturas empiezan su desarrollo mucho antes de extender sus alas en un proceso de cuatro fases: huevo, larva, crisálida y mariposa, cada una de las cuales participa en una delicada armonía, en el que la más mínima modificación puede alterar el destino final. Una metáfora construida por una narración inevitable de vida, transformación y muerte. En la constantemente repensamos sobre cada una de estas etapas. Mientras tanto podemos ver este recorrido como una apuesta artística. El cambio es la única cosa inmutable; Arthur Schopenhauer,
La obra de Enriqueta Pérez Mora, maestra que cuida y defiende la infancia desde el respeto al tesoro que implica cuidar la mirada que surge de la exploración. La observación de los procesos del gusano de seda es y siempre será un misterio lleno de ciencia. Llevarlo al aula es fuente de admiración, de ternura, de cuidados...
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