Un amigo del laboratorio, David Mediel Ortigas, ceramista y escultor nos envía una propuesta en busca del equilibrio entre arte y naturaleza.
Nos cuenta que las guerreras de la naturaleza, son mariquitas de cerámica que representan la fragilidad del ecosistema. Las colocó en ese hueco de sauce llorón que van desapareciendo recogidas por transeúntes. Desembocando en una conexión. Entre artista y paseante por medio de un mensaje. La mariquita de cerámica.
Esta idea, nos hace pensar en la forma de convertir el paisaje en algo "hablante", David nos invita con su propuesta a un diálogo entre la naturaleza y los paseantes. La naturaleza y su pequeños habitantes no pasan desapercibidas.
Gracias David.
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